Resumen: Muchos estudiantes o titulados en el área de programación se plantean en alguna ocasión la posibilidad de irse a trabajar a una gran ciudad. Estas son algunas reflexiones sobre mi experiencia después de trabajar durante un año como programador en Madrid.
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LOS PRIMEROS PASOS. EL PLANTEAMIENTO DEL TRASLADO DE RESIDENCIA

Lo primero que se nos suele pasar por la cabeza cuando salimos de la facultad es decir: bueno, y ahora ¿qué? Solemos pensar que no valemos para nada en especial, pero la situación verdaderamente no es esa, ya que en la universidad hemos aprendido a salir adelante casi por nosotros mismos ya que aprobar un examen significaba haberte esforzado bastante para primero obtener los conocimientos y segundo saber aplicarlos.

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Así me llegó a mí el planteamiento del lugar de trabajo. Yo durante el curso lectivo había realizado mis pinitos profesionales con una beca de colaboración de tipo PRAEM (el que las haya realizado sabrá a las que me refiero, son unas becas de convenio entre Universidad y empresas), en concreto en una de las empresas en el edificio de incubadora del Parque Tecnológico de Andalucía y por tanto algo ya conocía del mundo laboral.

Buscando trabajo como programador sentí después de algunas entrevistas de trabajo, que las empresas buscaban perfiles no tan poco experimentados y sí con amplios conocimientos, aunque también había ofertas laborales para recién licenciados. Sin embargo, nunca pude llegar a finalizar con éxito ninguna serie de entrevistas. Participé en varios procesos de selección pero no llegué a ser elegido.

De ahí surgió la iniciativa de ir a otra ciudad para buscar un futuro laboral mejor, próspero y por qué no decirlo, estable cuando menos.

 

 

MADRID CAPITAL ESPAÑOLA Y CENTRO FINANCIERO

Gracias a uno de mis mejores amigos de la facultad que se fue a vivir a Madrid, surgió la oportunidad de irme a vivir con él y buscar un trabajo en la capital Española.

gran via madrid

 

 

Antes de buscar piso me trasladé al piso compartido de mi amigo y me puse como loco a buscar trabajo.

La sorpresa me la llevé cuando vi una grandísima cantidad de empresas necesitando y buscando perfiles informáticos con casi nada de experiencia, pero sí conocimientos y dando un salario casi doblando el salario de otras ofertas en otras ciudades. Podría uno pensar que era la situación ideal para un estudiante recién terminado sus estudios.

Eso mismo pensé yo y después de estar durante algunas semanas realizando entrevistas en diversos puntos de la ciudad como Las Tablas, Vicálvaro, Ventas, Alcobendas o San Sebastián de los Reyes, acabé consiguiendo un trabajo en pleno centro. ¡Comenzaba a trabajar en plena Gran Vía!.

 

 

DESARROLLO PROFESIONAL COMO PROGRAMADOR

Los comienzos dicen que siempre son difíciles y tal vez sea así, pero yo recuerdo estos comienzos muy alegres y fáciles. La integración en la empresa fue excelente ya que yo soy una persona a la que le gusta aprender y por tanto iba adquiriendo los conocimientos necesarios.

Así la incorporación creo se llevó a cabo en un periodo bastante asequible de unas 2-3 semanas donde compañeros me iban explicando cómo realizar determinadas tareas o cómo usar determinado software. Vamos, lo típico que suele suceder cuando una persona llega nueva a una empresa informática.

Tanto mi jefe de proyecto, como demás compañeros tuvimos y tenemos buena relación, y aunque al principio la jornada laboral era la establecida, poco a poco las cosas fueron cambiando en el sentido de que los horarios se empezaban a alargar.

Yo tenía muchas ganas de aprender, de modo que empecé a quedarme cada día un poco más tarde de mi salida que supuestamente era a las 5 de la tarde.

En cambio mis amigos y compañeros de piso salían un poco más tarde, a las 6, pero eso sí, los viernes salían a las 2 de la tarde.

Una ventaja de trabajar en Madrid podría ser la relacionada con los horarios, ya que aunque es variable dependiendo de la empresa, los horarios son relativamente buenos.

 

 

CARGA DE TRABAJO EN UNA EMPRESA DE DESARROLLO DE SOFTWARE

Como comentaba poco a poco la carga de trabajo fue incrementándose y aunque yo no tengo quejas de nada porque aprendí muchísimo en un año y tampoco es que nadie me obligara, la jornada laboral mía podría ser en un día normal de 8 de la mañana a 8 de la tarde, con una hora para comer. Esto ya como digo no era lo normal y menos para un programador junior como lo era yo, pero por otro lado aprendí muchísimas cosas con mis jefes que incluso había jornadas en las que después nos tomábamos algo al salir de la oficina y nos contábamos anécdotas y situaciones graciosas.

Había muchos días que cuando llegaba a casa iba tan cansado que no tenía ni ganas de comer, sobre todo cuando veía a mis amigos en el piso que llevaban gran parte de la tarde descansando.

Recuerdo que me apunté al gimnasio y pagué una cuota por 2-3 meses adelantados para que me saliera más barato, pero tan solo aguanté el primer mes, ya que posteriormente llegaba a horas en los que el gimnasio ya estaba cerrando como a eso de las 10 de la noche. Por tanto, podréis haceros una idea de la carga de trabajo que teníamos.

No solo era desarrollo de proyectos, sino también muchas webs con mantenimiento y aunque algunas solo era introducir contenidos, había que conocer en cierta profundidad cada web ya que había cosas especiales o que había que realizar de determinada forma para que se viera correctamente publicada.

Esto hacía que cada vez que una persona se iba de vacaciones, no es que tembláramos, sino que veíamos muy incrementada nuestra carga de trabajo, porque ya de por sí estábamos bastante cargados. Bueno, a decir verdad sí temblábamos un poquito.

 

 

AMBIENTE LABORAL EN EMPRESAS INFORMÁTICAS MADRID

Como digo el ambiente laboral era estupendo o al menos por mi parte. Yo trataba a todo el mundo por igual y aunque con mucho estrés por ciertos clientes, agradecí tanto a mis jefes como a mis compañeros sus buenas maneras cuando me despedí de ellos el día que me despedí. Aunque muchos compañeros ya no estaban cuando yo entré porque las rotaciones quizás fueron demasiadas.

El alto ritmo de rotaciones hacía que con mucha frecuencia se incorporaran compañeros nuevos y claro, cada uno tenía su periodo de adaptación como era normal.

Pude ver y sentir el punto de vista de mi jefe, cuando decía una determinada cosa y nos aconsejaba cómo hacerla, porque él ya estaba viendo el camino por el que nosotros íbamos y qué cosas nos iban a fallar o a darnos algún problema en la tarea que estuviéramos realizando. Sin embargo, a pesar de las advertencias muchas veces incurríamos en los errores que ya nos habían advertido. Esto último lo vi y lo sufrí yo también en determinadas ocasiones pero será que el ser humano aprende a base de errores o de prueba/error. Hasta que no lo vi en otros compañeros no me llegué a dar cuenta: a pesar de las explicaciones y advertencias, se producían los errores. Acabé dando completamente la razón a mi jefe, sin duda alguna es complicado ser jefe.

 

 

VIDA EN LA CIUDAD DE MADRID

Debido a la gran carga de trabajo quizás no disfruté mucho de la ciudad, pero en cualquier caso considero que Madrid es una ciudad con mucho estrés para vivir. Yo vivía relativamente bien, en un piso caro si consideramos que pagaba por la habitación 400 euros y que la habitación era muy pequeña. Tenía una pequeña cama de 90 cm y un pequeño escritorio; no podía abrir la puerta del armario para coger una camisa o pantalón sin retirar previamente la silla del escritorio ya que ésta daba con la puerta y con la cama impidiendo que se abriera.

Eso sí, vivía en el barrio de Moncloa y de ahí cogía el metro y en unos 15 minutos, estaba en la Gran vía.

Hablando con el portero del edificio de la oficina me contó que hay una frase que dice que “la Gran Vía nunca duerme” y es cierto. A todas horas pasan coches y gente por allí incluso a las más altas horas de la madrugada y puedo asegurar que los 365 días del año.

El estrés viene debido a que las personas se mueven y a lo mejor tienen que dedicar una hora para llegar al trabajo y esto lo pude comprobar con mis amigos y compañeros. Daba igual casi donde tuvieras que ir que nada más que en el trayecto ibas a invertir 1 hora como mínimo, y si tenias que ir a la ciudad financiera por ejemplo del Santander, entonces incluso podría ser más. Madrid es una ciudad muy grande y los desplazamientos requieren mucho tiempo. Esto es sin duda un inconveniente de trabajar allí.

Sin embargo, en ese sentido yo tuve suerte (20 minutos de desplazamiento no estaba mal) pero si piensas un poco, perder 1 hora ida y 1 hora vuelta, de tu vida durante todos los días de lunes a viernes y pensar que nadie te las paga, entonces cambia un poco tu visión del trabajo sin duda.

Otra cosa es la cantidad de comida rápida que puede llegar a comer uno, yo creo que nunca en mi vida he comido tanta comida rápida como en el año que estuve allí. El estrés de Madrid parece empujarte a devorar hamburguesas, pizzas, y demás variantes de la fast-food.

 

 

AÑORANZA DE NUESTRA TIERRA

Y casi por último está la añoranza de mi tierra, Andalucía. No sé cómo poder explicarlo, pero era tal la alegría que sentía cuando cruzaba “Despeñaperros” en dirección a Granada todos los viernes que ya el simple hecho de pasar por allí me ponía el cuerpo mucho mejor.

paso de despeñaperros

 

 

La mayor parte de los fines de semana iba a Andalucía en autobús. El desplazamiento suponía unas 5 horas de ida y otras cinco de vuelta.

En cambio cuando volvía el domingo no pasaba tampoco nada especial, no sentía ningún desgarro por tener que volverme a Madrid. Lo cual parece indicar que esa alegría por salir de Madrid era un estrés acumulado a lo largo de toda la semana en Madrid.

Una vez llegué hasta a llorar al despedir a mis padres en la estación de Antequera-Santa Ana cogiendo el AVE para Madrid, y es que la estación tiene guasa, porque desde el andén de acceso al tren se ve la salida de la estación a una altura considerable y tuve la sensación similar a la que tienen los militares cuando suben al barco y se despiden de sus familias y novia o mujer cuando se van a la guerra.

 

 

VENTAJAS E INCONVENIENTES DE TRABAJAR EN MADRID COMO PROGRAMADOR

Por tanto a mi modo de ver y teniendo en cuenta la experiencia que tuve éstas podrían ser las ventajas e inconvenientes de irse a trabajar como programador a Madrid para gente que es de otras ciudades o países:

 

Ventajas

1. Salario Inicial alto.

2. Proyectos atractivos e interesantes.

3. Posibilidades de crecimiento profesional.

4. Horarios (aunque depende de la empresa, por regla general suelen ser unos buenos horarios).

 

Inconvenientes

1. Estrés.

2. Dependiendo de la empresa y momentos, demasiada carga laboral y por tanto más estrés.

3. Poco tiempo personal de lunes a viernes (el tiempo “se escapa”).

4. Alimentación pésima, a no ser que te organices bien, cosa que no hace casi nadie.

5. Excesivos tiempos en desplazamientos (la distancia Hogar <-> Trabajo suele ser grande).

 

 

 

 

 

 

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